martes, 16 de julio de 2013

Gestionando mi tiempo, en tiempos de caos...

Hoy en día vivimos una vida sobrecargada de trabajo, estudios, planes, compromisos y finalmente, estrés. Pareciera que estuviéramos en una competencia contra el reloj, en una lucha constante en hacer cada vez más cosas en menos tiempo,  en alargar las horas y los días para que todo calce perfecto.  No es extraño así ver adultos atendiendo más de 20 compromisos al día, exagerando un poco, o a un niño metido en 8 actividades extras a parte de la escuela, cada quien tratando de cumplirlos a cabalidad uno a uno o muchos a la vez. Tener tiempos muertos o vacíos, pareciera un desperdicio si es que no se le saca provecho, y no tener ninguno por otro lado, podría volverse letal. En este punto es que me pregunto, ¿Cuál es el valor real del tiempo? y ¿Qué importancia tiene el saber gestionarlo?

El tiempo, ¿cuál es su significado real?
Es común escuchar decir, “El tiempo es oro”, típica frase que alude a un simbolismo capitalista o monetario, es así que mientras más tiempo se tenga para ser utilizado en obtener más beneficios económicos, el valor se ve aumentado, sin darnos cuenta que los medios y el fin pueden no ser muchas veces los adecuados. En razón a ello, más allá de un significado alineado a lo material, me atrevería a decir que, “el tiempo es salud y bienestar”, con lo que propongo se haga ver el valor intangible pero vital que realmente posee, y me atrevo a decir aquí que muchos de los obstáculos que se nos presentan en el camino y nos impiden lograr nuestros objetivos (enfermedades, fracasos laborales, sentimentales, personales) tienen su base en una mala gestión del tiempo; saber gestionarlo pues, será la clave para alcanzar el éxito tanto a nivel personal como profesional.  

¿Qué tiempos debemos gestionar?
Se dice que la diferencia entre una persona exitosa del resto, es la forma como gestiona sus tiempos y sobretodo como utiliza sus tiempos libres. Tenemos así 2 puntos importantes, saber gestionar nuestros tiempos productivos y nuestros tiempos de ocio. Pongo énfasis en esto último porque de ambos dependerá nuestro éxito profesional y personal, sin dejar de resaltar que los dos son complementarios y que cada uno de ellos influye en el otro. Si tenemos un adecuado manejo de las actividades que realizamos en nuestros tiempos libres, ello contribuirá a nuestro bienestar personal, el cual a su vez influirá en nuestro desempeño profesional, determinando un adecuado manejo de tiempos productivos para mantener ese buen desempeño y así finalmente nuestros tiempos libres no se vean afectados. Tenemos así, una cadena cíclica vital que se ve retroalimentada de cada componente que la conforma.

Claves para una gestión eficaz del tiempo.

Planificar. Existe el dicho de que las cosas no planificadas salen mucho mejor que las que lo son, quizá en algunas ocasiones sea cierto, pero pisando tierra firme no se llega al éxito si no sembramos sueños, si no fijamos metas y luego, si no proponemos estrategias y tiempos para lograrlas. Planificar el día a día, incluso semana a semana las actividades y compromisos que tenemos que atender, nos ahorrará incertidumbre, dudas, y estrés y nos permitirá tener un mayor alcance hacia todas ellas. Una agenda sirve de mucha ayuda para planificar, organizar y recordar todo aquello que no podamos dejar de hacer.

Priorizar. Si bien en un día podemos tener 20 actividades que atender, no todas tienen la misma importancia, ni el mismo sentido de urgencia. Priorizar nos permite organizarnos mejor en nuestras tareas, realizando primero las que son importantes y urgentes, para luego atender a las que no lo son. No todo en esta vida tiene el mismo significado e importancia para nosotros y para nuestro quehacer, y aquí es relevante diferenciar y balancear ambos aspectos de nuestra vida laboral y familiar.

Eliminar. La gestión del tiempo, tiene enemigos y muchas veces hay que eliminarlos o al menos disminuirlos para lograr que esta sea eficaz. Eliminar de nuestra agenda aquellas cosas, que no son importantes ni urgentes, nos ayudará a ahorrar tiempo para otras que sí lo son. La procrastinación y la falta de concentración son factores que se deben eliminar o disminuir en la medida de lo posible, ya que no nos permiten hacer un uso adecuado del tiempo.

Delegar. Otro enemigo de esta gestión es no saber desprendernos de actividades que bien pueden ser resueltas por otras personas y sobretodo no saber decir NO. El que mucho abarca, poco aprieta;  pretender abarcar miles de cosas a la vez en un tiempo reducido no es más que el camino para llevarnos al estrés y a tener finalmente un mal desempeño en lo que hagamos. No existe el hombre ni la mujer maravilla, y aunque muchas veces todas esas actividades puedan tener el mismo sentido de urgencia e importancia, hay que examinar la posibilidad de que otras personas capacitadas puedan realizarlas.

Controlar. Tome el control de su tiempo y de su vida, es finalmente usted quién decide qué hacer y en qué momento hacerlo. Establecer planes de acción, seguimiento y control de tiempos, nos irá avisando si vamos por buen camino para cumplir con nuestros objetivos.

Por último, existen planes y programas personales y organizacionales para el desarrollo de esta habilidad, los cuales mediante talleres y capacitaciones le permiten a la persona explorar y desarrollar competencias y aptitudes que hoy en día son muy bien valoradas en el mercado laboral y que cobran especial importancia en nuestra vida personal. 

Ps. Mary Rodriguez

miércoles, 17 de abril de 2013

Trabajo y familia...¿Enemigos íntimos?

Hoy en día quizá una de las causas de los principales problemas que afronta el hombre, es el conflicto entre los roles que cumple tanto en el ámbito laboral como en el familiar. Parece muchas veces un sueño lejano, una meta inalcanzable el poder conciliar estas dos esferas de nuestras vidas, y complementarlas como debiera ser, llegando a alcanzar el equilibrio deseado. Pero, ¿existe realmente tal incompatibilidad de roles? A la luz de la realidad pareciera que sí, pero si nos detenemos en un punto neutral y somos más objetivos, veremos que el trabajo y la familia pueden llegar a ser perfectamente compatibles si se tienen claros nuestros objetivos y planes de vida.

Ideas preconcebidas…
Generalmente se habla de sacrificios en algunos aspectos de nuestra vida al momento de decidir lograr éxito en otros. Las personas solteras cada vez aplazan más la fecha para formar una familia con el fin de realizarse profesionalmente, mientras que las que tienen una familia se tienen que conformar con haber llegado a la cima de sus esfuerzos. En otras palabras, si se pone más dedicación a un aspecto, descuidamos el otro y si consideramos que ambos son fuente importante de autorrealización, la idea de estar entre la espada y la pared pareciera más que real.

Se habla también que los conflictos generados van a ser distintos, si es que este tiene su origen en el trabajo influyendo en la familia, o si es que es generado en la familia influyendo en el trabajo. Dentro de las causas del conflicto tenemos: En el ámbito laboral: presión por el cumplimiento de plazos, características de la tarea,  horario de trabajo (trabajo extra), problemas de relación con superiores, etc.; mientras que en el ámbito familiar: problemas económicos, tareas domésticas, nacimiento de un hijo y eventos inesperados como la muerte de algún miembro. Sean cual sean las causas, sumadas al mal manejo del conflicto, las consecuencias repercutirán en nuestro bienestar físico y emocional; una de ellas el estrés laboral con todo lo que involucra.

Buscando el punto de equilibrio…
Es difícil no considerar al conflicto como parte de la relación trabajo-familia, ya que en algún punto necesariamente surgirá; sin embargo si se asume desde una perspectiva más abierta a la diversidad e interrelación de funciones que cumple el ser humano desde su rol personal y profesional, podemos ver que el trabajo también puede enriquecer la experiencia de la vida familiar, y viceversa.

Desde las habilidades y destrezas que desarrollamos en el ámbito laboral, hasta los recursos materiales que obtenemos de él, son muchos los aspectos positivos que este puede aportar al ámbito familiar. Son sobre todo la satisfacción, seguridad y habilidades de interrelación las que podemos trasladar de una esfera a otra, siendo la principal condición y ventaja la flexibilidad que incluye la posibilidad de variar tiempo y espacio de la propia actividad. Si cada rol de la vida de una persona es importante y si las habilidades que desarrolla de un aspecto son congruentes con las necesidades del otro, entonces se sumarán positivamente.

En pos de la conciliación…
Si queremos llevar una relación más armónica entre estos dos roles, aquí algunas recomendaciones en 2 niveles:

A nivel personal:
Claridad de objetivos. Tener objetivos claros y un plan estratégico definido nos ayudará a determinar si estamos en el lugar y el momento adecuado. Desempeñarnos en un lugar que nos haga sentir satisfechos, y cuyos objetivos se encuentren alineados a los propios, nos ahorrara gran parte del camino en búsqueda del equilibrio entre estos dos aspectos.
Organizarse es la clave. La capacidad de organización, es también uno de los aspectos importantes a desarrollar al momento de dar prioridad a las distintas tareas que realizamos en ambos terrenos.
Calidad antes que cantidad. Si bien, son más horas las que pasamos en el trabajo, es importante poder desarrollar actividades junto con la familia en los tiempos libres, lo cual no solo contribuye a fortalecer la relación sino también al bienestar personal.

A nivel organizacional:
A pesar de que hoy en día cada vez se le da más valor a las personas y a su desarrollo tanto profesional como personal, existen organizaciones que aún no toman las medidas necesarias para buscar formas de conciliación entre estos 2 ámbitos. Algunos aspectos sobre los que se tiene que trabajar son:
Jornada laboral. El respeto del horario de trabajo no solo debe venir por parte del trabajador sino también de la empresa. Es fundamental crear una cultura organizacional en la que se valore el desempeño de la persona dentro de la jornada laboral y no fuera de ella.
Planes vacacionales. Crear políticas de trabajo en las que se respete el tiempo de vacaciones asignado a cada trabajador, y en las que se incentive y en muchos casos obligue a tomarlas a su tiempo ya que hoy en día es común ver la compra y venta de ellas en algunas empresas.
Programas de incentivos y recreativos. Si el trabajador se siente motivado y satisfecho con su trabajo es por seguro que esto lo trasladará al ámbito familiar, y no solo eso, sino que repercutirá en un mejor desempeño. Velar por el desarrollo de las personas hoy en día se ha vuelto factor clave para el desarrollo de las organizaciones. Finalmente tendríamos así un círculo que se retroalimenta constantemente y en el cual ninguno de sus componentes debiera ser indesligable: “Mejores personas, mejores familias, mejores organizaciones”.


Ps. Mary Rodriguez

Aquí les dejo algunos enlaces de notas y videos en los que sale publicado el artículo:

http://www.infocapitalhumano.pe/articulos.php?id=452&t=trabajo-y-familia-enemigos-intimos

Nota en el Comercio (edición impresa) Jueves 25 de Abril del 2013


lunes, 4 de febrero de 2013

Elección vocacional y crisis de la adolescencia...

La elección vocacional no es una decisión que surge de la noche a la mañana para decidir nuestro futuro; por lo contrario, involucra todo un proceso de construcción que se inicia desde que somos pequeños, donde intervienen, nuestros gustos, intereses, habilidades, necesidades, entre otros factores, todos ellos  relacionándose unos con otros para finalmente llegar a la decisión de seguir tal o cual carrera. Desde pequeños, nuestra vocación está determinada por la fantasía que expresa necesidades básicas en el juego de roles, como por ejemplo, el querer ser doctor, policía, maestro, etc. Esta fantasía cambia un poco al llegar a la adolescencia, donde nuestra vocación va estar más en función a nuestros gustos e intereses, para finalmente a partir de los 18 años aproximadamente, considerar también aspectos más importantes al momento de confrontar nuestras necesidades, gustos, habilidades e intereses con las oportunidades que nos brinda la situación real.

Si bien la edad es un factor relativo, ya que cada persona tiene su tiempo interno, en muchos casos podría ser un indicador de cuando puede estar totalmente apta para asumir una decisión madura que involucre todos los aspectos ya mencionados. Esta elección vocacional no es solo un evento propio de la adolescencia al terminar el colegio, sino también por diversas causas, se puede llevar a cabo en diferentes etapas de nuestras vidas; sin embargo es en esta etapa en especial en que se presenta con mayor índice, pero también con mayor incertidumbre y temor a lo que vendrá.

Adolescencia: Un mundo de contrastes
En el adolescente, esta elección implica una crisis de identidad, entendiéndose a ésta como la oportunidad de crecimiento e independencia en contraposición  a  sus sentimientos de tristeza y miedo por el término de una etapa y el inicio de una nueva y desconocida, que puede resultar amenazante. La persona se siente aquí en un estado intermedio, entre adulto y niño, con grandes deseos de autonomía e independencia pero aún con miedo de lo que pueda venir adelante, convirtiéndose en una de las dificultades para lograr una elección madura. Otros factores que también intervienen en esta etapa y que dificultan el proceso de elección son los siguientes:

Ø  Diversidad en la oferta educativa: Hoy en día, el aumento de Universidades y de carreras se ha dado de una manera vertiginosa, creando así una barrera más para que el adolescente pueda clarificar sus dudas. Actualmente existen carreras similares, como por ejemplo en el área de negocios que años atrás, abarcaba carreras como contabilidad, administración de empresas, turismo y economía; hoy en día abarca además carreras como mercadotecnia, negocios internacionales, hotelería, relaciones públicas, finanzas, informática, etc.
Ø  Idealización de profesiones: El adolescente suele tener expectativas que no van acorde a la realidad, esperando por ejemplo, culminar pronto la carrera para ganar dinero y tener un puesto importante, sin considerar los años de estudio, dedicación y experiencia, lo que puede más adelante crearles una crisis aún mayor, al toparse con una realidad totalmente distinta, o hacer que no concluyan lo que empezaron.
Ø  Darle prioridad a sus intereses sin tomar en cuenta sus habilidades: En esta etapa suelen priorizar sus gustos e intereses, sin tomar en cuenta sus aptitudes y habilidades para determinadas carreras, lo que puede llevarlos más adelante al fracaso y desmotivación.
Ø  Elegir para el presente y no para el futuro: Muchas veces, por la presión que siente en el entorno de seguir una carrera, el adolescente puede optar por responder a esa presión, tomando una decisión equivocada, solo por el deseo de querer salir de esa situación ya.

Todo cuenta y vale
Para aminorar el efecto de estos factores, existe una serie de elementos a considerar en este proceso de construcción, ya que hay que recordar que esta elección forma parte de nuestro proyecto de vida, de lo que queremos para nosotros en el futuro. Estos elementos son:
Ø  Historia de vida: La cual incluye, las experiencias y relaciones que se ha tenido con personas significativas, y que van modelando nuestra forma de tomar de decisiones. Es importante aquí analizar cómo se ha venido tomando decisiones a lo largo de nuestra vida, y si es que esta elección vocacional está influenciada por nuestros padres y/o amistades.
Ø  Intereses: En este punto se torna importante, clarificar qué es lo que nos interesa o gusta y que no, ya que una actividad que nos interesa, hace más fácil el adquirir compromiso y dedicación.
Ø  Habilidades: Es importante reconocer qué es lo que sabemos y lo que no, qué es lo que hacemos bien y que no pero sobre todo, los que nos cuesta aprender para ir acortando esa lista de alternativas y aproximarnos cada vez más a la que calce con nosotros.
Ø  Personalidad: Conocernos a cabalidad, saber cuáles son nuestras características de personalidad, cómo reaccionamos ante determinadas situaciones, esto se torna crucial ya que ciertas características pueden favorecer el desempeño en un área determinada o por el contrario, ser contraproducentes.
Ø  Expectativas de futuro: Saber qué es lo que buscamos en una carrera y qué es lo que pretendemos obtener con ella nos ayudará a aclarar el panorama frente a la diversidad académica.
Ø  Aspectos de la realidad: Tener en cuenta nuestra situación socioeconómica, personal o familiar,  nos ayudará a tomar una decisión más madura y posible.

SOS… ¡No estás solo!
El ser consciente de todos estos elementos es muchas veces complicado. En este punto la familia, sobretodo el rol que cumplen los padres, se vuelve valioso, ya que son la principal fuente de soporte y apoyo para acompañar a sus hijos en este proceso. Acompañar, no es imponer una carrera, ni forzarlo a tomar una decisión de inmediato, acompañar es estar con ellos en el tiempo que les lleve este proceso, mostrando interés, y clarificando sus dudas. Otra forma de soporte es acudir a la ayuda de profesionales, quienes le puedan brindar una orientación vocacional, mediante el desarrollo de pruebas y entrevistas en función a sus características de personalidad propias, aptitudes e intereses, clarificando de esta forma más el panorama.

Recuerda, que no estás solo y que así como tú hay muchos otros adolescentes que están pasando exactamente lo mismo, solo es cuestión de ser un poco más consciente de tu situación y posibilidades, y de comenzar a pensar a futuro.

Ps. Mary Rodriguez

Aquí, algunas notas y videos donde sale publicado el artículo:

http://ojo.pe/ojo/nota.php?t=una-decision-dificil&txtSecci_parent=&txtSecci_id=9&txtNota_id=760424

Nota en el Diario Ojo (edición impresa) Viernes 19 de Abril del 2013




martes, 15 de enero de 2013

Afrontando los primeros días en la Universidad; consejos para sobrellevar el proceso...

Empieza la universidad y con ella empieza una etapa nueva llena de experiencias, responsabilidades y personas nuevas, a las cuales te tienes que adaptar, y  de cierta forma cambiar un poco el esquema de pensamiento y formas de estudio que has llevado hasta el momento, ya que ahora depende totalmente de ti el éxito que puedas tener más adelante en tu vida profesional.  Como todo proceso de adaptación, adaptarse a la vida universitaria lleva su tiempo. Hay personas que se adaptan más fácil, hay otras que no, y para evitar un poco las complicaciones que se puedan presentar y lograr una mejor y rápida inserción al ambiente universitario, te presento una serie de recomendaciones que puedes seguir.
1. Descubre tu verdadera motivación.
Es importante empezar este nuevo ciclo, teniendo la seguridad que hemos elegido la carrera correcta, para que de esta manera desarrollemos una motivación intrínseca, una motivación que nazca realmente de nosotros y no de factores externos como solía ser en el colegio, cuando estudiábamos para  obtener una buena nota, o porque papá y mamá me obligaban a hacerlo y si no lo hacía me podía ir mal. A partir de ahora, estudiamos porque esto realmente me interesa, y porque depende de ello mi futuro. Si logramos desarrollar esto, todo lo demás será más fácil de conseguir.
2. Mayor libertad, mayor responsabilidad.
Si bien en la Universidad, no existe un horario fijo de entrada y de salida, muchas veces no existe un registro o control de tu asistencia a clases, teniendo la libertad de entrar o no a alguna clase, los profesores ya no están atrás tuyo para que estudies o hagas tus tareas, la responsabilidad que antes era compartida entre tus padres, tus profesores y tú mismo, ahora recae completamente en ti. Es importante que seas puntual, y que asistas a todas las clases puesto que los profesores y compañeros de estudios se van formando una imagen tuya que más adelante puede no favorecer tu desempeño, sobre todo al momento de hacer trabajos en grupo. Además, cada minuto de clase es valioso, y significativo porque va formando parte importante de un rompecabezas que no se puede completar si falta alguna pieza. 
3. Aprovecha al máximo cada clase.
Cada clase, es un espacio lleno de información y vivencias. Si bien, ya no estamos obligados a escribir en un cuaderno, porque el profesor ya no lo va a revisar como lo solía hacer en el colegio, es importante tomar notas, porque nos va facilitar el estudio para los exámenes. Hay distintas formas de hacerlo, apuntando las ideas principales, haciendo esquemas, y registrando los ejemplos que da el profesor, pues son mucho más fáciles de entender y recordar.
4. No te quedes con las dudas.
Si tienes alguna duda, algo no te quedó claro o simplemente quieres saber más, pregunta, siempre date la oportunidad de clarificar tus dudas, preguntando a tus profesores y/o compañeros. Si eres muy tímido (a), y no te atreves a levantar la mano en clase, y mucho menos a articular palabra alguna, entonces guarda tus dudas para el final de la clase, acércate al profesor y comunícaselas. Es una forma también de ir haciéndote una imagen con el maestro, y de socializar, ya que recuerda que los maestros pueden llegar a ser nexos importantes al momento de querer conseguir, prácticas o empleos más adelante o considerarte en el desarrollo de proyectos y actividades académicas. Establecer relaciones sociales es muy importante en este punto.
5. Explota al máximo los recursos que te ofrece la universidad.
Al momento de ingresar  a una Universidad, se obtienen una serie de beneficios como la utilización de los diferentes ambientes y recursos de estudios con los que cuenta. La gran mayoría de personas ni siquiera están enteradas de los espacios de los que dispone su universidad. Es importante que investigues y hagas uso, de la biblioteca, laboratorios, videos, programas, aulas virtuales, que te ayuden a extender el conocimiento  que vas adquiriendo en clases.
6. Aprovecha los grupos de estudio.
Los alumnos que estudian junto a otros cada cierto tiempo, tienden a obtener mejores calificaciones, ya que el hecho de poder compartir conocimientos, y debatirlos, hace que el aprendizaje sea más práctico. Por ejemplo enseñar o tratar de explicar un concepto a otras personas, es una de las mejores de formas de entenderlo realmente, además que obtienes diferentes puntos de vista sobre un mismo tema. Estudiar en grupo además es una forma de interrelacionarte y poner a prueba tus habilidades sociales con personas con las cuales compartirás 5 años de tu vida.
7. Organiza tu tiempo.
Por lo general al empezar el ciclo, nos matriculamos en 6 o 7 cursos, cada uno de ellos es importante, pero algunos se nos hacen más pesados que otros. Entonces lo ideal es que distribuyas tu tiempo de forma proporcional al grado de dificultad que tienes para cada materia. Muchas veces, entre clase y clase, tenemos espacios de horas que podrías aprovechar para investigar más acerca de lo que ya hiciste o para anticiparte a la siguiente clase. Debemos evitar que llegue 1 semana antes de los exámenes para poder recién ponernos a asimilar todo lo que hemos recibido durante 2 o 4 meses, ya que el recuerdo viene poco a poco con suavidad, por asociación, sin tratar de forzarlo.
8. Utiliza el sillabus.
 Algo que es muy común y que sucede frecuentemente, es que llegue el primer día de clases, recibamos este documento y ni siquiera nos atrevamos a leerlo, sin saber realmente la importancia que tiene. El sillabus no solo nos ofrece, los temas, cantidad de horas y el avance de las clases sino también fuentes de estudio que nos servirán para anticiparnos a cada una de ellas, y de esta manera no llegar al salón sin tener una idea de lo que se va a tratar. Anticiparnos a las clases, nos permite estar preparados y  tener los argumentos necesarios para confrontar, investigar y preguntar más.
9. Crea un espacio propicio para el estudio.
Un lugar que facilite la concentración y en el que te encuentres a gusto, pero sobretodo crea un ambiente personal positivo que hará que tengas una mejor disposición y actitud favorable al estudio. Buena iluminación, cómodo y sin distracciones son características básicas.
10. Utiliza estrategias eficaces de estudio.
A diferencia del colegio en donde nos limitábamos simplemente a estudiar lo que aprendíamos en clase, la Universidad nos va exigir expandir más nuestro conocimiento, mediante la búsqueda de fuentes de información alternas. Para ello es necesario pasar de una técnica de estudio pasiva y superficial a una activa y crítica. Proponte objetivos claros para cada curso, hazte preguntas y trata de responderlas, busca relacionar el contenido de las clases con otro tipo de información o entre materias, busca formas de aplicar lo que vas aprendiendo en distintas situaciones; y finalmente repasa cada cierto tiempo tus apuntes y notas  mediante la elaboración de esquemas  y palabras clave,  de esta manera mantendrás fresca la información en tu memoria.
11. Tu alimentación es importante.
Es usual que se hagan desajustes en los horarios de alimentación durante la época universitaria, y que además haya una tendencia a consumir excesivamente comida chatarra, y hacer abuso de bebidas que contienen cafeína, sin saber  que a la larga esto te puede perjudicar.  Es mejor invertir en un menú un poco más nutritivo y tratar de respetar en la medida de lo posible los horarios correctos de la comida, si queremos evitar a la tan terrible gastritis que suele presentarse con más incidencia entre los estudiantes en esta época.
12. Un tiempo para ti.
Si bien es cierto, es importante dedicarle tiempo a los estudios, es también importante saber aprovechar el tiempo libre en actividades que nos permitan desarrollarnos personalmente, y que sobretodo nos hagan sentir bien. Actualmente hay muchas universidades que cuentan con centros culturales u ofrecen una programación de actividades extracurriculares de las cuales puedes ser partícipe. Anímate a descubrir tus talentos y aficiones, y a desarrollarlas, verás que de esta manera la universidad se convertirá en un lugar divertido, tu motivación cambiará y finalmente te sentirás más relajado. 

Ps. Mary Rodriguez

Aquí les dejo una entrevista relacionada, en el Portal de Universia: